Seleccionar página

La Mandrágora, una de las plantas más tóxicas, mágicas y misteriosas. Nunca antes en nuestro blog habíamos hablado de plantas tóxicas y prohibidas, hoy sí vamos a hacerlo, voy a hablaros de la Mandrágora, no con el ánimo de que la usemos, pues como veremos es muy tóxica, sino para que veamos que en la naturaleza podemos encontrar todo, la naturaleza provee al ser humano de todo cuanto puede necesitar  y el ser humano copia, imita y aprende de ella. La atropina, uno de los principios activos de la Mandrágora es utilizado  hoy en día como fármaco, un fármaco que puede salvar la vida en momentos de gravedad pero mal usado puede ser muy peligroso, como la Mandrágora o la Belladona, plantas ambas de las que se aisló este principio activo.

La Mandrágora, en sus dos variedades más utilizadas. la mandragora autumnalis y la officinalis, es una planta con una tradición mística y mágica muy extendida. Hoy en día la venta de Mandrágora está prohibida por su alta toxicidad, la Mandrágora es rica en alcaloides que usados a la dosis adecuada pueden ser una herramienta muy poderosa, pero a dosis excesiva inducen vómitos, mareos, alucinaciones, el coma e incluso la muerte.

La Mandrágora ha sido utilizada desde la antigüedad por sus propiedades, en la Grecia clásica se la conocía como la planta de Circe, gran diosa y hechicera. Esta planta era símbolo de protección y prosperidad. Hipócrates ya la cita y describe la forma y usos de sus raíces, también aparece en el famoso libro De Materia Medica de Dioscóride donde se explica que se utilizaba el vino de Mandrágora como anestésico en las operaciones, costumbre que se seguiría aplicando hasta el siglo XI. También explicaba que no se deben manipular sus hojas, flores y especialmente las raíces con las manos desnudas porque puede provocar mareo, dificultad para respirar y enlentecimiento del pulso del corazón.

En la Edad Media se la consideró uno de los mejores medicamentos, se utilizaba para crear un estado de estupor en las operaciones (antecesor de la anestesia), también como tónico para la languidez, la jaqueca, los dolores de cuello, los ardores y dolores gástricos y para aumentar la fertilidad. Santa Hidelgarda también la describe en sus escritos, recomendaba el vino de Mandrágora para la melancolía y en infusión para las nauseas. En esta época la Mandrágora fue también famosa por sus propiedades mágicas, se decía que protegía a quien la llevaba encima, empezó a usarse mucho como amuleto, incluso se pensaba que si se cuidabas durante siete años y luego se arrancaban sus raíces, tras un complicado sortilegio esas raíces se convertían en un niño pequeño o en otras tradiciones se habla de un duende que protegería por siempre el hogar. De todos es sabido que las raíces de la Mandrágora recuerdan a la forma humana, de ahí el surgir de todas estas leyendas.

En la Edad Media, la Mandrágora estaba asociada a las fuerzas de Saturno y la Luna. Muchas plantas saturninas son tóxicas, pues se entiende que Saturno es el maestro severo, que nos tiene reservadas las grandes enseñanzas, si aprendemos a usar la Mandrágora obtendremos una herramienta maravillosa, si no aprendemos bien sufriremos su efectos. También asociada a la Luna pues la Mandrágora posee propiedades alucinógenas que tocan el subconsciente, terreno de la Luna (de ahí la palabra «lunáticos»). Se utilizaba como sedante y también como antidepresivo para tratar la melancolía, también para tratar el fuego de estómago, los ardores y dolores digestivos, la languidez y como afrodisíaco.

 Se dice que la Mandrágora era una planta que utilizaban las brujas en sus rituales iniciáticos. La humanidad ha utilizado siempre plantas que le permitieran expandir  sus sentidos y tener acceso a otros planos de la realidad, de seguro que para las brujas (y otros muchos) la Mandrágora era una planta sagrada que les permitía acceder a distintos aspectos de la realidad.

La Mandrágora es una planta difícil de cultivar, su semillas tiene una doble capa de protección muy duras. Para poder germinarlas es necesario estratificar sus semillas, para ello podemos dejarlas a remojo en agua durante 15 o 20 días en el frigorífico, cambiando el agua cada día, o bien echar sobre ellas algo de amoniaco para que se produzca el lixiviado de los químicos que contiene las semillas. Se dice de la Mandrágora nacía bajo los ahorcados, se asocia esto a la fecundidad, creían que era el semen el que las fecundaba (por eso sus raíces recuerdan la forma de un bebé). Muchos ahorcados eyaculan, pero todos se orinan, y la orina tiene amoniaco y otros derivados nitrogenados que son capaces de romper la doble protección de la semilla de Mandrágora, por tanto era menos difícil encontrar la Mandrágora bajo las horcas que en otros lugares. Aunque como pasa siempre, en la naturaleza, la Mandrágora puede nacer espontáneamente en nuestros bosques. La Mandrágora crece en toda Europa y el mediterráneo.

La Mandrágora es rica en alcaloides muy tóxicos, como la atropina, la hiosciamina, la escopolamina, la escopina y la cuscohigirina. Estos principios activos son extremadamente tóxicos, pueden producir el olvido, la pérdida de la voluntad, delirios, alucinaciones….. En dosis bajas se pueden utilizar como anestésicos o sedantes, pero en dosis altas anula la voluntad y provoca grandes delirios y alucinaciones, puede incluso llegar a provocar el coma y la muerte. Vemos porque es una planta prohibida, su uso es extremadamente peligroso. Cuidado con el pensamiento de que las plantas son inofensivas, depende qué plantas como está pueden ser muy peligrosas. Y más aún porque su aspecto es bello e inocente, no nos hace sospechar la toxicidad que alberga.

La Mandrágora es una planta en forma de roseta, con flores blancas  ligeramente moradas, florecen en otoño, de ahí su nombre: autumnalis, y crean un fruto rojo repleto de semillas. Es de la familia de las solanáceas, como el tomate o la patata. La raíz de la Mandrágora es bulbosa y bifurca en dos partes (como si fueran dos piernas) de ahí que recuerde a la forma de un ser humano. La raíz es la parte más tóxica de la planta. Se dice que si desenterramos la planta, esta emite un grito desgarrador que puede provocar la muerte, por eso la tradición explica que para desenterrar la planta es preferible hacer que un perro fuerte tire de ella hasta desenterrarla mientras nosotros nos refugiamos lejos, El perro morirá, pero así obtendremos la raíz de la Mandrágora. Realmente, la raíz es muy profunda, más de un metro y medio, debía ser muy costo sacarla, de ahí la conveniencia de usar un perro, el mito de que su grito mata debía ser una advertencia de su peligrosidad, pues solo tocar la raíz puede ser ya muy peligroso, no sería de extrañar que el perro tras sacar la planta se acercara a olerla y al tocarla o si la mordía podían encontrar al perro fácilmente muy grave o muerto.

Hoy en día uno de los componentes principales de la Mandrágora, la atropina, es utilizado por la medicina como fármaco. La atropina estimula el sistema nervioso central en un primer momento, pero luego lo deprime, actúa como antiespasmódico, reduce el peristaltismo digestivo y las secreciones de jugos digestivos (de ahí su acertado uso en la antigüedad y la Edad media para los ardores y dolores de estómago), reduce la transpiración, deprime el vago y aumenta la frecuencia cardíaca. Es un antagonista del receptor de la acetilcolina, por lo que suprime la acción del sistema parasimpático (recordemos que el parasimpático relaja todo menos la digestión que la favorece) la atropina, lo inhibe, así pues impide la activación del vago y frenará los procesos digestivos. Su acción afecta especialmente al corazón, los ojos y el digestivo.

 

La atropina es usada por los oftalmólogos para dilatar las pupilas y poder explorar el fondo de los ojos. La estimulación vagal del corazón es inhibida por la atropina, por tanto ésta acelera el ritmo cardíaco, se emplea en casos de bradicardias y bloqueos cardíacos, pero es peligrosísima para pacientes que hayan sufrido infartos o gente con taquicardias. La atropina se usa también e casos de envenenamiento por organofosfatos (insecticidas) pues contrarresta sus efectos. A nivel digestivo es útil en las diarreas, colon irritable y en las úlceras. Por supuesto el fármaco también está llenos de las mismas contraindicaciones que la Mandrágora, por eso solo puede recetarlo un médico y solo se adquiere bajo receta médica. Es un medicamento peligroso, como lo es a Mandrágora.

Vemos que el secreto para poder usar correctamente la Mandrágora es la dosificación, los antiguos la conocían (no sabemos cuanta gente moriría hasta que lo descubrieron, pero sabían usarla). Hoy en día no se conocen sus dosificaciones, sencillamente está prohibida y no se usa. Un saber que ha caído en el olvido o que hoy en día está solo en manos de especialistas.

Rosna Ferre