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¿Es la oxitocina la versión moderna del dios Cupido??

La oxitoxina es una sustancia liberada por nuestra hipófisis que es capaz de hacernos sentir y cambiar nuestras emociones.

Una de las propiedades más conocidas de la oxitocina es favorecer el parto, nuestro cuerpo segrega oxitocina para que nuestras contracciones sean más fuerte y así facilitar el expulsivo. De hecho en muchos paritorios si un parto se alarga, los ginecólogos suelen recomendar inyectar oxitocina para acortar el proceso, es más en algunos otros hospitales inyectar oxitocina a las embarazadas forma parte ya de su protocolo en la asistencia a los partos. Lo que tal vez se conozca menos es cómo esta oxitocina, en este momento, está afectando a las emociones de la futura mamá. Los niveles altos de oxitocina despiertan el instinto maternal más visceral y potente, a partir de este momento, entre la madre y su bebé aparecerá un lazo afectivo potentísimo, por el que la mamá se convierte en cuidadora y protectora absoluta de su hijo. De seguro las que ya sois mamás estáis recordando en estos momentos, cuando durante las noches poníamos nuestro dedo bajo su naricilla para comprobar que respiraba; cuando, profundamente dormidas, nuestro bebé se removía en la cunita y nosotras ya lo escuchábamos; cuando nos molestaba que nos lo tocaran mucho, o lo cuidaran por nosotras;…. ese sentimiento posesivo, protector, de amor absoluto e incluso de obsesión, estaba motivado por los niveles altos de oxitocina.

Y se preguntaran los papás, «yo no lo parí pero lo quiero de igual modo, ¿qué pasa pues, mi amor también está potenciado por la oxitocina?»

Pues sí. La oxitocina no solo la libera la hipófisis en la mujer durante el expulsivo del parto, sino que nuestros niveles de oxitocina suben cuando son despertados por la ternura, la ternura de tener a un ser pequeñito en tus brazos, totalmente indefenso y que además es tu hijo, se convierte en nuestro cuerpo en caudales de oxitocina viajando por nuestra sangre. Por tanto, en el hombre la oxitocina también sube exponencialmente al ver a su hijo por primera vez, al tocarlo, al acunarlo, al abrazarlo. Los bebés tiene el secreto para tener a sus padres constantemente pendientes de él: su sonrisa. Una sonrisa de un bebé es capaz de hacer segregar cantidades ingentes de oxitocina a todas las hipófisi de todos aquellos adultos que rodean al bebé.

¿La oxitocina solo está relacionada con el amor peterno/materno filial?

No, la oxitocina está relacionada con todo tipo de amor. Cuando nos enamoramos pensamos que ese estado de éxtasis es despertado en nosotros por la persona amada, pero no es así, es provocado en nosotros por la oxitocina, por eso nos sentimos emocionadísimos cuando vemos o tocamos a nuestro ser amado, pero también simplemente por pensar en él. En el amor no correspondido, la otra persona no sabe nada de nuestros sentimientos y en cambio nosotros sentimos el amor; en el amor platónico, la persona amada no sabe nique existimos y en cambio nosotros nos sentimos emocionadísimos, pues la causa de nuestra emoción no es la persona amada, sino nuestros pensamientos hacia ella que hacen que suban nuestros niveles de adrenalina.

¿Y el amor a Dios? El éxtasis de santa Teresa de Jesús y otros muchos devotos o religiosos de cualquier dogma, pueden describir sentimientos de amor profundo hacia un ser que no han visto ni conocido nunca personalmente, porque sus pensamientos y devoción hacia Él hace que se incrementen los niveles de oxitocina en su sangre. Hasta el punto de ser capaces de morir por Él o sacrificarse por Él a modo de los romances más shakesperianos.

¿Y la amistad? También, todo afecto, nos hace sentirnos seres sociales, nos hace sentirnos admitidos en el grupo, que pertenecemos a un grupo, y ese sentimiento también está motivado por la oxitocina. El ser humano es en esencial un ser social, y cuanta con las hormonas que le van a inclinar a vivir en sociedad, una de ellas la oxitocina.

¿Y la empatía? Pues sí, a la oxitocina se la ha llamado también hormona de la moralidad, porque nos hace muy fácil empatizar con el otro, ponernos en su lugar y entenderlo mejor, la oxitocina acerca posturas entre las personas. no quiero dar ideas, pero igual un poco más de oxitocina en las disputas y éstas se solucionarían antes.

La oxitocina pues, es capaz de crear lazos afectivos potentísimos entre los seres humanos que despiertan nuestros instintos más básicos de proteger y amar a otros.

Llegados a este punto, imagino que os estaréis haciendo la misma pregunta que yo ¿somos el simple resultado de reacciones químicas que se producen en nuestro cuerpo? Amo porque tengo oxitocina o porque amo es por lo que mi oxitocina sube? Sabemos que si nos inyectan o inhalamos oxitocina, nos vamos a volver más cariñosos, protectores y empáticos, y también sabemos que cuando amamos nuestros niveles de  oxitocina aumentan, por tanto la respuesta obvia debía ser que trabajan indisolublemente unidas, que van a la par.

Yo, me permitiréis que en mi mentalidad romántica, siga aferrándome (casi con desesperación) a la idea de que la emoción es anterior a nuestros cambios hormonales, quiero creer que cada uno de nosotros somos lo que somos y sentimos como sentimos y que por ello provocamos cambios en nuestras hormonas y no al revés. Por supuesto si se nos manipula inyectándonos hormonas, se pueden modificar hasta cierto punto nuestras emociones, pero quiero pensar que sería solo momentáneamente y que después nuestra verdadera esencia o nuestro verdadero sentimiento acabaría imponiéndose.

¿Qué piensas tú? Me gustaría saber tu opinión, Puedes dejarla en los comentarios.

Rosana