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La alquimia, ¡Qué gran palabra!! Todos hemos oído hablar de la alquimia  y los alquimistas, tal vez muchos de vosotros lo asocies con la búsqueda de cómo convertir un metal en oro, pero nada más lejos de la realidad. La alquimia es el trabajo de laboratorio de la espagiria. La espagiria es la medicina de la alquimia, y los remedios que un espagirista elabora en su laboratorio es, a ese trabajo lo llamamos alquimia.

El trabajo del alquimista, será encontrar y elaborar el remedio idóneo para cada paciente, según el desequilibrio del paciente debemos elaborarle su propio remedio. Pero este remedio debe cubrir todos los aspectos del paciente, desde el físico al emocional, por eso, el alquimista prepara una misma planta curativa a distintas disoluciones y grados de materia según el principio del solve et coagula, para que así el remedio tenga efecto en su paciente a todos los niveles: físico, emocional y mental. Solo así se consigue equilibrar realmente al paciente y por tanto conseguir su mayor grado de bienestar.

Vemos por tanto que el alquimista no trata patologías, trata personas, no diagnostica enfermedades, observa los desequilibrios a nivel físico, mental y emocional del paciente para buscar SU remedio, el remedio que va a conseguir equilibrarlo en todos los planos y que por tanto le va a hacer sentirse mejor, más fuerte, con más vitalidad.

La alquimia es holista, no puede tratar solo el físico, o solo el emocional, pues el alquimista sabe que el ser humano es un todo complejo y que si alguna de sus partes se altera, el desequilibrio afectará a todo su ser.

Laboratorio “Labora et orare”, el alquimista debe trabajar y elaborar sus remedios en un estado de consciencia serena, para no influir en sus preparados, por eso en la edad media y en la antigüedad, los alquimistas oraban mientras trabajaban, para intentar mantener la mente centrada en su trabajo y libre de emociones negativas o de cualquier tipo que pudieran afectar al resultado final de su remedio.

Al elaborar sus remedios, el alquimista recoge gotas del rocío de las plantas, donde el spiritus mundi deja sus mensajes, su vibración, de esta idea, fue de donde nació la elaboración de los remedios florales de Eduard Bach, en las gotas de rocío se queda la vibración de la planta, y esa vibración actúa en nosotros cuando las tomamos a nivel vibracional, es decir a nuestras emociones, a cómo nos sentimos. El alquimista diluye y dinamiza sus plantas, de esta idea, Hannemann desarrolló más tarde la homeopatía. Al diluir y dinamizar las plantas las estamos convirtiendo en un remedio también vibracional capaz de conseguir equilibrar nuestras vibraciones. Esto que para aquellas personas no puestas en la materia de las medicinas vibracionales les pueda parecer todo cuento o efecto placebo, les vamos a poner un ejemplo de otra medicina vibracional que seguro han probado, las palabras, las miradas, el contacto humano. Cuando estas triste y alguien simplemente te mira con afecto, ¿qué ha cambiado en ti?? El estado emocional, la vibración. Cuando estamos haciendo algo y alguien nos critica, riñe o simplemente nos mira con desaprobación ¿qué ha cambiado en nosotros, por qué nos enfadamos o nos sentimos mal?? Porque nuestro estado emocional, nuestras vibraciones han cambiado. Y estas vibraciones aunque no las veamos, existen, son reales y se pueden medir, y en este nivel es donde actúan las flores de Bach o mucha parte de la homeopatía. Y todo este saber ya lo trabajaban los alquimistas.

Pero no solo tenemos una parte vibracional, también tenemos una parte física, por eso, los alquimistas, la misma planta también la elaboran en infusión, decocción y recogen los cristales que se sintetizan tras su carbonización. Así, preparan el remedio separando todas sus partes, desde las más leves, las más sutiles, hasta las más físicas y densas, para luego volver a unirlas y formar el remedio activado a todos los niveles que será capaz de actuar en el paciente también a todos sus niveles.

Este es un gran saber, que se perdió por avatares de las religiones y la política, y que solo ha podido llegar a nosotros a través de reducidos grupos de conocimiento herméticos que lo han guardado en secreto durante siglos, ahora, las condiciones religiosas y políticas han cambiado y este saber puede salir a la luz sin obstáculos, ahora podemos volver a recuperarlo y a aprender de él.