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Conozco gente que está en contra de cualquier terapia alternativa o complementaria. Según dicen, tanto la acupuntura como cualquier otra terapia no convencional, se basan en el llamado efecto placebo y la única razón de que funcionen en algunas personas, es que creen que estas terapias van a funcionar.
El efecto placebo, es aquel efecto positivo y beneficioso producido por un elemento, que por sí mismo, no tiene un efecto curativo. Para que el efecto placebo funcione, es necesario que se inicien dos mecanismos en la mente del paciente, que son: el condicionamiento clásico y las expectativas. El paciente tiene la expectativa de curarse mediante una medicación concreta, lo que condiciona la respuesta de su organismo al tratamiento. A mayor expectativa de mejora, mayor resulta el efecto del placebo.
Hace un tiempo leí un artículo de un periodista que arremetía en contra de la acupuntura, diciendo que le parecía vergonzoso que una organización seria como la OMS pudiera apoyar semejante terapia sin ningún aval científico, y lamentando que en estos tiempos de crisis los gobiernos malgasten dinero dedicándolo a terapias como la acupuntura. No sé a que dinero se refería porque hasta donde yo sé, no se invierte ningún dinero, salvo el que sale del bolsillo de la gente que se paga sus propios tratamientos. Para avalar su tesis, este periodista aludía a una serie de estudios que habían demostrado que la acupuntura no funciona. Sería el gasto en estos estudios al que se refería el periodista. Aunque entonces me imagino que no sabe que estudios de este tipo generalmente los pagan las empresas farmaceúticas que, por cierto, están muy interesadas en demostrar que la acupuntura no funciona.
La acupuntura, se basa en criterios que nada tienen que ver con el pensamiento científico occidental, por tanto no sé porqué tendríamos que pretender que su eficacia quede demostrada, o no, por este método científico. A mí no me importan estos estudios, ni a favor (que también los hay) ni en contra, lo que me importa son las personas y el resultado visible día a día en la consulta.
“Efecto placebo” concluía el periodista. Sin embargo hay algo que falla en esta teoría. El 90% de las personas, o más, que acuden a la consulta de un acupuntor lo hacen después de haber seguido uno o varios tratamientos de medicina occidental, la mayoría durante mucho tiempo, incluso años, y si deciden seguir un tratamiento de acupuntura, u otras terapias, suele ser porque están desesperados y ya no saben qué hacer por lo que, ante nada que perder, deciden muchas veces como último recurso probar una terapia distinta.
He tenido casos, por ejemplo, de jaquecas de años de evolución, o de dismenorreas, por citar un par de ejemplos, que no han respondido a los distintos tratamientos occidentales, éstos sí, muy demostrados científicamente, y que sin embargo han empezado a responder muy favorablemente tras comenzar un tratamiento de acupuntura y otras técnicas de la Medicina Tradicional China, llegando incluso a desaparecer por completo tras 2 ó 3 de meses de tratamiento, o algo más, según el caso.
“Efecto placebo” dicen… Y yo digo… ¿Cómo es que el efecto placebo se puso en marcha con mi tratamiento y en cambio el tratamiento occidental no funcionó y además tampoco fue capaz de poner en marcha el efecto placebo? ¿Acaso todas estas personas confiaron ciegamente en mí y en el tratamiento que les puse y sin embargo no confiaban en los doctores que les trataron anteriormente, ni en la medicación que éstos les recetaban? porque esto, dicen, es una de las cosas que desencadena el efecto placebo: la confianza que el terapeuta y/o el tratamiento despiertan en el paciente.
Pues yo diría que el efecto placebo existe y pienso que la confianza en el terapeuta tiene parte de su papel: es el famoso efecto de la mente positiva que también es tema de debate pero, sinceramente ¿alguien puede de verdad decir que se trata sólo de efecto placebo?

Fernando Miranda Ruiz
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