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¿A qué llamamos ciclo nictemeral del ser humano? El ciclo nictemeral hace referencia a todos los cambios fisiológicos que ocurren en el ser humano a lo largo del día. El funcionamiento de nuestro cuerpo no es constante y continuo, sino que está regido por ciclos, tanto el ciclo del día y noche, como el ciclo anual relacionado con las estaciones y el clima, el ciclo lunar, los biorritmos, y otros muchos ciclos que rigen el funcionamiento de nuestro cuerpo. Muchos de estos ciclos están determinados o influidos por condiciones externas, como la luz solar o la oscuridad de la noche, o el cambio de temperatura y horas de luz de las estaciones, pero la mayor parte de los cambios producidos en estos ciclos dependen más de nuestro reloj biológico interno, un reloj controlado por nuestro sistema nervioso y nuestro sistema hormonal.

Nuestro sistema hormonal está dirigido por el hipotálamo y la hipófisis, estas glándulas se localizan sobre la silla turca del hueso esfenoides, en la base del cerebro y están íntimamente ligadas a nuestro sistema nervioso. Estas glándulas poseen sensores que las informan en todo momento a qué niveles tenemos todas nuestras hormonas y todos los cambios metabólicos que ocurren en nuestro organismo y van a ser las encargadas de dirigir todo para que nuestro cuerpo funcione del mejor modo posible. Rigen nuestro crecimiento cuando somos niños, nuestra maduración sexual en la adolescencia, nuestra respuesta inmune, nuestro estado de ánimo, nuestra actividad, la salud de nuestros riñones, huesos y en general de todo nuestro organismo, los ciclos de descanso y actividad, y un largo etc… Cuando en nuestro curso de naturopatía  estudiamos nuestro sistema hormonal, nos damos cuenta de que somos un complejísimo conjunto de reacciones químicas dirigidas a mantener la homeostasis perfecta de nuestro cuerpo.

El sistema nervioso será el otro gran director del ciclo nictemeral, dentro del sistema nervioso tenemos dos partes, el sistema nerviosos central y el sistema nerviosos vegetativo, el primero es la parte que rige todas nuestras funciones conscientes: la memoria, el estudio, los sentimientos, nuestras creencias, nuestros pensamientos,… en resumen lo que identificamos como “nuestro ser” o “nosotros mismos”, el segundo se ocupa de que nuestro cuerpo funcione correctamente, realiza la digestión, se encarga de la respiración pulmonar, de que nuestro corazón lata, de elevar o hacer descender nuestra tensión arterial, etc… Dentro del sistema vegetativo a su vez tenemos dos partes, el sistema nervioso simpático y el parasimpático, del primero decimos que activa todo menos la digestión: aumenta la tensión, la actividad, el ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria, la tensión muscular, etc.. El sistema nervioso parasimpático haría justo lo contrario, relaja todo excepto la digestión que la propicia.

El sistema hormonal y el sistema nervioso son los máximos responsables de nuestros cambios a lo largo del ciclo nictemeral, Si nuestro sistema nervioso funciona correctamente, el simpático y el parasimpático deben alternarse para seguir un ritmo que alterne el reposo y la actividad, así, al despertar, poco a poco va activándose el sistema simpático, nuestro cuerpo se ”pone en marcha” , se activa, la tensión sube un poco, nuestros músculos se tensan dispuestos al trabajo, nuestro sistema respiratorio y cardíaco se aceleran y nos encontraríamos activos. El sistema simpático, además, estimulará las suprarrenales (glándulas hormonales) que segregarán adrenalina que también nos funciona como estimulante, y por tanto la mañana debería ser el momento de máxima actividad. Al llegar el mediodía, especialmente en culturas como la española donde la comida es la ingesta de alimento principal del día, la actividad del simpático debe descender, y dar paso a la del parasimpático, que nos relaja, nos hace bajar el ritmo y favorece la digestión, es por esto que si bien después de comer no es buena una siesta profunda, sí que es muy recomendable descansar para dejar que el parasimpático pueda trabajar cómodamente y realice la digestión. Si por el contrario nos tomamos un café (que activa las suprarrenales y aumenta la liberación de adrenalina) activaremos el simpático, paralizando la función parasimpática y por tanto dificultando el proceso digestivo y la asimilación de nutrientes. Las horas de la tarde deben estar regidas por el simpático y la actividad y al llegar la hora de la cena el simpático debe dejar paso al sistema parasimpático, debemos entrar en situación de relax. Después de cenar, y normalmente siempre a la misma hora, la glándula pineal libera la melatonina que es la hormona responsable de que sintamos sueño, y propicia una máxima relajación durante el sueño, y un descanso mucho más profundo.

El ciclo nictemeral, por tanto, es el responsable del sueño, y la vigilia de que nuestro digestivo esté más activo a ciertas horas, de equilibrar la actividad y el reposo, cuando estamos enfermos, es el responsable de que la fiebre aparezca a poca tarde, encuentre su punto máximo a media noche y a la madrugada vuelva a bajar, es el responsable del ciclo de acidificación del cuerpo para que las defensas puedan realizar un trabajo más efectivo ante los agentes tóxicos, y un largo etc. Es por esto que decimos que el ser humano es un ser de costumbres, acostumbramos a nuestro cuerpo a que libere la melatonina a la misma hora para dormir, acostumbramos a nuestros intestinos a ir al baño siempre a la misma hora, acostumbramos a nuestro digestivo a activarse a las mismas horas, y a nuestro páncreas a segregar insulina siempre a las mismas horas para bajar las ingestas de azúcar. Nuestra homeostasis orgánica, es decir, nuestro equilibrio en todas nuestras funciones fisiológicas, se regulan por un sistema nervioso y un sistema hormonal que trabajan de manera cíclica, por eso mantener más o menos de continuo los mismos horarios facilita su función. Las personas que trabajan a turnos no duermen igual de bien, su fase rem de sueño no es igual de reparadora y el desgaste del organismo se acentúa. Las personas que no tienen un horario regular de dormir, acaban padeciendo insomnio de manera más habitual que las que sí lo tienen, las personas que comen siempre a las mismas horas y con la misma regularidad, sufren estadísticamente menos de problemas crónicos de digestivo. Las enfermedades se curan más rápidamente durmiendo y los niños crecen más durante la noche,… Como vemos nuestro cuerpo funciona de manera cíclica, adaptarnos a estos ciclos ayuda a promover la máxima salud de nuestro organismo.

Rosana Ferre