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Llegada la Navidad no podíamos dejar de hablar del Muérdago. Esta planta se ha hecho célebre en los últimos años como emblema de la navidad: un beso debajo de una rama de muérdago trae el amor verdadero y colgar muérdago en la entrada del hogar impide que los malos deseos puedan entrar en nuestra casa y trae paz, amor y  felicidad al hogar.

Muchos de nosotros hemos incorporado esta tradición en nuestros hogares por efecto del cine y la influencia de la cultura anglosajona, pero no sabemos realmente de donde viene. El muérdago ha estado considerado desde siempre una planta con grandes propiedades medicinales, mágicas y espirituales.

En la tradición celta, el muérdago está asociado al dios Bálder, dios de la belleza y el sol. Cuenta la leyenda que Frigga, madre de Bálder soñó que su hijo moría, debido a este sueño habló con todas las criaturas de la Tierra para pedirles que no dañaran a su hijo, todas se comprometieron a ello, pero Frigga, sin darse cuenta había olvidado hablar al muérdago. Loki, el malvado dios celta, se dio cuenta e impregnó la punta de una de sus flechas con el veneno del muérdago y con ella mató a Bálder. Tres días estuvo Frigga llorando sobre el cuerpo de su hijo hasta que sus lágrimas resucitaron a Bálder. Este, se alegró tanto de su vuelta a la vida que perdonó al muérdago y empezó a besar y a repartir felicidad y suerte a todos los que pasaron en ese momento por alli… y justo estaban bajo el árbol del que colgaba el muérdago que lo mató. Gracias a esta leyenda, el muérdago se convirtió en símbolo de paz y amor para los celtas, quienes expandieron esta tradición a los ingleses, a Escandinavia, Noruega y Alemania. Posteriormente con la colonización de Norteamérica, esta tradición también cruzó el Atlántico y ha perdurado hasta la actualidad.

En esta leyenda observamos los poderes contradictorios del muérdago, pues esta planta es una gran medicina pero también un veneno mortal. El muérdago es una planta tóxica que puede causar la muerte, pero también es una planta con potentísimas propiedades para la salud tanto física como espiritual.

En todas las culturas desde tiempos ancestrales, el muérdago es considerada una planta mágica, que aporta fecundidad y salud, porque permanece verde todo el año, por ello se pensaba que era portadora de vida y fuerza vital. En la antigua Grecia se usaba el muérdago en los ritos matrimoniales como símbolo de fertilidad y también en las Saturnalias. Las Saturnalias eran unas festividades dedicadas a Saturno, en las que los agricultores celebraban el final de la producción agrícola del año. Estas festividades se celebraban a finales de Diciembre, y en ellas se abusaba de la comida, los banquetes, el vino y la diversión extrema, unas festividades que después con el cristianismos se convirtieron en la Navidad, aunque evidentemente se mantuvieron los banquetes y el vino, se les impregnó del sentimiento religioso… pero el muérdago perduró.

El uso tradicional del muérdago no se limita a su simbología mística, sino también a sus poderes medicinales. Los sacerdotes druidas cosechaban el muérdago el día del solsticio de invierno para elaborar con él potentes remedios para enfermedades consideras incurables. El muérdago es una planta semiparasitaria que se alimenta de la savia del árbol que hospeda pero también es capaz de producir su propio alimento mediante la fotosíntesis. Los druidas observaron que es una planta que no toca suelo, sus raíces están en los árboles y es además una planta verde y viva todo el año. Por ello los druidas le otorgan el poder al muérdago de hacer de conexión entre la tierra y el cielo, pensaban que era capaz de captar las energías y el espíritu universal y transmitirlas a la tierra. Para ellos esta planta representaba la entrada del espíritu en la tierra, por ello era una planta portadora de vida, capaz de curar todo y salvar de la muerte. Para los druidas era una panacea.

Hoy en día sabemos que el muérdago posee un gran poder inmunoestimulante, con lo cual es un remedio para multitud de patologías. Y también tenemos estudios que le confieren propiedades para frenar ciertos tipos de cánceres.

El primero en recomendar el uso del Muérdago, viscum album, para el cáncer fue Rudolf Steiner, padre de la antroposofía. Rudolf Steiner, como explica en sus conferencias para médicos, observó que el muérdago es una planta que parasita (o semiparasita) a un árbol que le hace de huésped hasta que éste muere, hay una clara similitud por tanto entre el muérdago y el cáncer: el cáncer parasita a su huésped y crece y se alimenta de él hasta que lo mata y muere con él. Esto fue lo que inspiró a Steiner para investigar las propiedades del viscum album. En 1907 describe detalladamente sus propiedades tanto venenosas como medicinales. En 1916 empieza a estudiar los efectos de esta planta contra el cáncer, una año después la médico Wegman junto con un farmacéutico elaboran en Suiza el primer remedio de Viscum album, llamado Iscar, que posteriormente en 1926 será llamado Iscador.

En 1949 Winterfels aísla la viscotoxina del muérdago responsable de las propiedades citostáticas (anticancerígenas) e inmunoestimulantes de esta planta. A partir de este momento, en Alemania se extienden los estudios sobre el viscum album y sus posibles tratamientos en los distintos tipos de cánceres.

Los preparados del viscum album para el tratamiento del cáncer deben aplicarse en inyectables subcutáneas. Si se toman por vía oral, las proteínas del muérdago se descomponen y pierden efectividad, y en ungüentos no se absorben, por ello el mejor modo de administrarlo es de manera inyectable. Así lo explica la doctora Michaela von Kilgelgen de Glöckler y el doctor Jürgen Schülhoz en su libro «El cáncer y su tratamiento en la medicina antroposófica».

Las propiedades del viscum album cambian en función del árbol al que parasitan, la variedad que más se usa hoy en día es el Iscucin salix, que es el muérdago crecido en el Sauce, de este muérdago es del que se elabora el Iscador (obtenido del jugo fermentado del iscucin salix). Este fármaco ha demostrado ser un buen coadyuvante en los tratamientos contra el cáncer de mama, cuello uterino, estómago, resto y colon, siendo este último en el que más beneficios se han observado. Se emplea en los hospitales en lo que se conoce como oncología integrativa, para combatir los efectos secundarios de la quimio y la radioterapia, puede ayuda a que los apacientes se recuperen más rápido, les devuelve el apetito, recupera el sueño, regula el sueño, tonifica el metabolismo, estimula el sistema inmunitario,…. Y aunque todavía queda mucho por investigar, está siendo una línea de investigación muy positiva.

El muérdago, es rico en viscotoxinas (que es el principio activo venenoso en grandes dosis pero el que le da sus propiedades citostáticas e inmunoestimulantes), contiene distintos alcaloides que absorbe del árbol que parasita y que por tanto le pueden dar distintas propiedades al muérdago, y también es rico en mucílagos, quercitina, ácidos fenólicos, taninos y ácidos grasos. Por ello, el muérdago además de las propiedades ya descritas es un remedio calmante del dolor, los griegos antiguos lo usaban en pomadas para el lumbago y la ciática. También es bueno para el aparato respiratorio, es mucilaginosos y antiasmático. Pero tal vez la propiedad que más destaca es que es un potente hipotensor, contiene acetilcolina, histamina GABA, tiramina y flavonas que poseen efectos hipotensores y cardioprotectoras, en la práctica no se usa, porque la tensión es más efectivo regularla a través de los fármacos, en los que la dosis de principio activo está exactamente medida y eso permite dar a cada paciente su tratamiento personalizado, según la dosis que requiera, en cambio, los extractos y preparados naturales a partir del viscum album contiene dosis variables de principio activo (pensemos que no todas las plantas contiene la misma cantidad de principios activos: según el agua que hayan recibido, la heliofania, la riqueza de principios activos que puedan obtener de la savia de su huésped, sus hojas tendrán más o menos principios activos), del mismo modo si hacemos una infusión o un jugo, no podemos medir exactamente cuanta cantidad de principio activo estamos tomando, en cambio, e los fármacos hipotensores esto está perfectamente regulado. No debe usarse nunca el muérdago si se están tomando ya otros tratamientos para regular la tensión, pues sería como subir la dosis del tratamiento.

TOXICIDAD: todas las partes de la planta son tóxicas, no es adecuada la automedicación, y está absolutamente prohibido su uso en embarazadas, lactancia y en los niños. Cuidado con los niños, y las decoraciones navideñas, hay que colgar el muérdago muy alto para que los niños no alcancen las bayas y podamos tener un accidente. La ingesta de muérdago a dosis atas, (más de 18 gramos) pueden causar irritaciones de la mucosa digestiva, dolor en estómago, vómitos,… Además puede causar una hipotensión fuerte, mareos y desmayos. 15 bayas en un adulto pueden causar el desmayo y 25 bayas la muerte.

Como dicen los sabios, «la diferencia entre un veneno y un remedio está en la dosis».

Rosana Ferre