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El Fresno (fraxinus excelsior) es un árbol grande, alto de ramas que abren formando grandes copas. Puede alcanzar los 30 metros de alturas, su tronco suele ser ancho y muy resistente, y es un árbol muy apreciado porque su abundancia de ramas y hojas dibujan copas muy anchas que aportan una gran sombra, por este motivo es un árbol muy presente en parques y zonas de paseo.

Pero, tal vez el rasgo más característico del Fresno es la calidad de su madera, su madera es muy resistente, muy dura, es una madera noble,  pero muy flexible al mismo tiempo y además es impermeable. La madera del Fresno ha sido y es muy utilizada en ebanistería, su madera es usada para hacer muebles e incluso casas.  Los barcos solían fabricarse con madera de fresno, porque su flexibilidad permitía combarla para hacer las bases de los barcos y al ser impermeable era perfecta para evitar los hundimientos, de hecho Antiguamente se solía llevar un talismán hecho de madera de fresno porque se pensaba que protegía a su portadores de ahogarse. De la madera del fresno se hacen arcos debido a su flexibilidad, mangos de herramientas de trabajo, instrumentos musicales como las guitarras, bates de béisbol,… y un largo etc.

El Fresno es un árbol muy conocido también por sus propiedades medicinales, tal y como estudiamos en naturopatía y en fitoterapia. Las hojas del fresno contiene flavonoides (rutósido), con propiedades antiinflamatorias; taninos y mucílagos con efecto suave laxante; también son ricas en manitol, inositol y sales de potasio, lo cual les confiere propiedades diuréticas. La infusión de las hojas del fresno tiene un efecto laxante suave, que no llega a irritar las mucosas del colon, pero que al mismo tiempo queda corto para el tratamiento de estreñimientos severos. Su acción diurética es más potente, por este motivo la infusión de sus hojas se usa para eliminas la retención de líquidos y los edemas, además es un ligero venotónico lo cual ayuda en la recogida de los líquidos acumulados en el cuerpo. La propiedad diurética junto a la inflamatoria, hacen de las hijas un remedio muy eficaz para tratar el ácido úrico, la gota y el reuma.

La corteza es rica en cumarinas, taninos y en manitol. Las cumarinas son un  potente antirreumático y antiinflamatorio, de hecho la propiedad más utilizada del fresno en fitoterapia será esta: el Fresno es muy eficaz en el tratamiento de las enfermedades del terreno reumático artrítico, es decir, todas aquellas que derivan de la acumulación de ácidos, es bueno para eliminar el ácido úrico, para los casos de gota, para el reuma y también para la artritis. La decocción de la corteza del Fresno alivia los dolores óseos, articulares y reumáticos a tiempo que su acción diurética elimina líquidos estancados y permite la renovación de los mismos (renovación de los líquidos intraarticulares incluidos) Por tanto no solo calma el dolor sino que ayuda a mejorar la movilidad de las articulaciones y elimina por la orina los residuos acidificantes.

Vamos a ahondar más en esta cuestión. Por las propiedades medicinales del Fresno, el Fresno es un remedio útil para la artritis y la artrosis, la gota y el reuma, todas éstas, patologías que crean rigidez, falta de movilidad, cuando tenemos artrosis de rodilla no podemos doblar bien las rodillas (pensemos a nivel emocional qué significado tiene esto, no nos gusta arrodillarnos, ceder) las articulaciones en el plano emocional representan nuestra capacidad de “dar nuestro brazo a torcer” nuestra capacidad de ceder ante los deseos de otro o de la vida, nuestra capacidad de adaptarnos a los cambios de la vida y dejarnos llevar, nuestro capacidad para ceder el control, para dejar de intentar controlar nuestro entorno y nuestra vida. ¿Y qué nos aporta el Fresno? Flexibilidad. Por tanto decimos que el fresno ayuda a tratar este grupo de patologías no solo a nivel físico, sino también en su correspondiente significado emocional.

El Fresno es un árbol longevo, muy fuerte, muy resistente a altas temperaturas, muy resistente a plagas pero capaz de dejarse doblar dócilmente por los fuertes vientos, por este motivo el viento no consigue partirlo. ¿No es este el secreto de la vida? Para tener una vida longeva hemos de tener un fondo fuerte, duro y resistente, pero al mismo tiempo hemos de saber adaptarnos y dejarnos llevar por los cambios que la vida nos trae, este es el mensaje del Fresno.

En las culturas celtas el Fresno es considerado el árbol de la vida. Según los antiguos escandinavos, el Yggdrasil era un gran Fresno al que llamaban el árbol de la vida, según estos pueblos, el universo estaba formado por nueve reinos, y el Yggdrasil es el árbol que une estos nueve mundos y mantiene la vida dentro de este caos, es el eje que une los nueve mundos de los vikingos. En la esfera más alta del árbol se encuentra el Asgrad, paraíso donde está el Vanhalla en el que moran los dioses, el Vannaheim, morada de los vanir y el Alfeheim, morada de los elfos. En el segundo nivel se encuentra el Midgard, morada de los hombres (del Fresno se creó el primer hombre y del Olmo la primera mujer), el Jötunheim, donde habitan los gigantes de hielo y el Muspellheim, donde moran los gigantes del fuego. Finalmente, en el nivel inferior está el Svartalfheim, donde habitan los elfos negros y los enanos, Niflheim, donde está el agua de la creación, y el Helheim, el inframundo. Y en todo este caos del mundo, el encargado de mantener la vida y el equilibrio es el gran fresno, el único con la suficiente fuerza y la suficiente flexibilidad para adaptarse antes que romperse.

 Rosana Ferre