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El pasado fin de semana acudí como representante de la Plataforma “Salvemos el Arabí y Comarca” al I Encuentro estatal sobre ganadería y Medio Ambiente en Loporzano (Huesca). Este encuentro ha resultado de lo más gratificante y alentador. En el compartimos experiencias, unas de éxito, otras no tanto, establecimos planes de acción en común y descubrimos que no estamos solos, que un gran monstruo está extendiendo sus tentáculos sin compasión, que la unión hace la fuerza y es la única manera de proteger nuestra tierra, nuestro Medio Ambiente…

Pienso que tenemos un deber moral para con nuestros conciudadanos, debemos hacerles llegar la información de que disponemos, debemos explicarles qué es lo que les llega a su mesa, qué contiene el agua que beben a diario, qué enfermedades les transmiten las moscas que proliferan alrededor de los purines e invaden sus casas. Debemos explicar por qué en las comunidades invadidas por macrogranjas industriales aumenta indiscriminadamente los diversos tipos de cáncer gástrico.

Pero este problema no afecta al mundo rural, aquellos que viven en las ciudades viven, comen y beben de lo que se produce en los pueblos.

El panorama es realmente desolador, eso pensé cuando llegué a Loporzano y empecé a conocer a miembros de los diferentes movimientos ciudadanos contra la ganadería industrial de toda la geografía española, más tarde pensé en la suerte que habíamos tenido en Yecla, suerte por ser más que unos pocos cientos de habitantes (en el mejor de los casos), suerte de tener al Arabí, nuestra montaña mágica, suerte de que los yeclanos y yeclanas se hayan movilizado de una manera sin precedentes en nuestra historia.

En España el problema de la ganadería industrial es realmente grave, se dirigen a zonas rurales de España altamente despobladas y con un gran índice de desempleo donde no suelen encontrar oposición por parte de los vecinos, si a esto le sumamos la inercia administrativa, la nula voluntad política (en la mayoría de los casos) y el ocultismo en el que se envuelve este tipo de proyectos con temas tan cruciales y decisivos para la ciudadanía como puede ser el del agua, obtenemos como resultado un grave atentado medioambiental y biosanitario cuyas consecuencias son diversas y variadas.

Esto genera más despoblación, ¿quién en su sano juicio va a invertir en una atmósfera irrespirable?, aquellos que buscan un retorno al entorno rural jamás optarán por un municipio que permite macroexplotaciones ganaderas industriales en su término y que permitan vertidos de purines a escasos metros de sus casas.

Esto pone de manifiesto la constante vulneración del Artículo 45 de la Constitución Española, aquellos a quienes votamos para protegernos nos mienten, manipulan y utilizan para llenarse los bolsillos, no sancionan a aquellas empresas que degradan el Medio Ambiente y los Recursos Naturales que son un bien común, una propiedad colectiva que todos estamos obligados a respetar y proteger. Nos enfrentamos a un sector opaco y poderoso, que compra voluntades a su antojo, que manipula a medios de comunicación para acallar a los movimientos vecinales que luchan por proteger aquello cuya obligación de proteger no les corresponde.

Artículo 45 de la Constitución Española.

    1. Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.
    2. Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.
    3. Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se establecerán sanciones penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado.

Estas jornadas contaron con ponentes de lujo entre ellos Lucía López Marco, veterinaria y autora del blog mallata.com quien nos explicó la gran diferencia entre los diferentes modelos de producción ganadera, algo que para los que estamos metidos de lleno en esta lucha puede ser más que obvio pero para el resto de los ciudadanos no, y esto es algo que hemos podido comprobar durante el pasado verano cuando explicábamos a nuestros vecinos que una producción a nivel industrial de cerdos no es lo mismo que un centenar de ellos retozando libremente en una pocilga ni tiene las mismas consecuencias a todos los niveles; medioambiental, biosanitario, hidrológico, etc.

Un dato importante: Cada oveja trashumante traslada a diario unas 5000 semillas, sus heces sirven de abono y esto da como resultado una reflorestación de nuestro entorno, sin este tipo de ganadería (cada vez más amenzada) nuestros ecosistemas se verían seriamente mermados en poco tiempo. Tal y como nos explicó Philip Lymbery, director ejecutivo de Compassion in World Farming y autor de “La carne quue comemos”.

Fue realmente apasionante asistir a la segunda ponencia, “El verdadero coste de la ganadería industrial”, a cargo de Philip Lymbery. El director de Compassion in world farming nos explicó casos de luchas vecinales como las que nos están robando el sueño ahora en España alrededor del globo. En todo el mundo se crían unos 70.000 millones de animales de granja cada año, dos tercios de los cuales en granjas industriales. Viven permanentemente encerrados y son tratados con máquinas de producción sin acceso a pastos o forraje. La comida que se les suministra con frecuencia atraviesa varios continentes. En conjunto, consumen un tercio de los cereales producidos en el mundo, el noventa por ciento de la harina de soja y hasta el treinta por ciento de las capturas totales de pescado. Es un negocio que depende del uso de enormes cantidades de antibióticos -la mitad de los que se utilizan en el mundo-, lo que constituye el caldo de cultivo para la aparición de nuevos «supermicrobios» resistentes a los antibióticos. Consume también recursos naturales tan valiosos como agua, tierra y petróleo.
«La carne que comemos» muestra gráficamente qué significa la ganadería industrial y cuál es el verdadero coste de la carne barata, y hace un llamamiento a un consumo más racional, saludable y compasivo. En definitiva, debemos preservar el medio rural intrínsecamente ligado a la preservación del Medio Ambiente y a un modo de vida saludable y respetuoso con los recursos naturales.

David Sánchez Carpio es licenciado en Ciencias Ambientales y Diplomado en Estudios Avanzados en Ecología y Medio Ambiente, es actualmente director de Food & Water Europe. Ofreció una ponencia acerca de la situación actual en España, un modelo de producción ganadera importada de EEUU. Una vez que una explotación de este tipo se instala en uno de nuestros municipios sólo es cuestión de tiempo que vaya aumentando su tamaño y producción, como recientemente estamos comprobando en nuestra comarca con las autorizaciones de expansión de las explotaciones de La Celia y Cancarix. Es alarmante comprobar cómo se usa dinero público para solventar el problema de abastecimiento de agua potable y la contaminación permanente de ésta generadas por esta industria.

 ¿Cómo podemos para la burbuja del porcino?

Es de suma importancia que sean las empresas las que paguen los costes generados por su actividad y no las administraciones públicas como pueden ser las subvenciones que se da por el servicio de recogida de cadáveres, la recuperación del entorno contaminado y el hecho de que estamos abocados a beber agua embotellado por la sobreexplotación y contaminación de acuíferos.

Así mismo las administraciones públicas deberían apostar por un modelo de ganadería sostenible y replantear el modelo de consumo de carne, ¿es necesario seguir consumiendo cantidades ingentes de carne intoxicada y de baja calidad? ¿No es preferible comer menos cantidad pero de mayor calidad y biosostenible?

A este respecto es imprescindible redefinir el modelo de ganadería extensiva y apostar por el, un modelo que cumpla con la protección medioambiental, el bienestar animal, en definitiva, una vuelta a la ganadería tradicional y subvencionar al pastoreo por el gran servicio agroambiental que desarrolla.

Endurecer las leyes contra la publicidad engañosa, como consumidores finales no sabemos realmente de dónde viene la carne que consumimos, cómo han sido alimentados esos animales, qué antibióticos y hormonas se les han suministrado y qué efecto tiene esto sobre nuestra salud una vez procesado por nuestro organismo, como por ejemplo la resistencia que estamos desarrollando los seres humanos a los antibióticos y como consecuencia directa de esto la reaparición de brotes de enfermedades prácticamente erradicas y la alta tasa de mortandad por enfermedades comunes que antes respondían efectivamente a estos antibióticos y ahora no.

Obligar a que se cumplan las leyes europeas de bienestar animal y que el organismo competente en primera instancia (Oficina comarcal agroambiental) denuncie este incumplimiento.

Y para concluir y no menos importante, la unidad de todos los movimientos vecinales como el de la Plataforma Salvemos el Arabí y la Comarca, ya que de esta unión nace la semilla que dará vida a este nuevo movimiento y nos permitirá ser representados ante instancias que ahora nos están vetadas.

Felicidades a todos los compañeros de Loporzano por el grandísimo éxito de estas jornadas y a todos aquellos que habéis colaborado por hacer de este encuentro una realidad; Plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva, Loporzano Vivo, Food & Water Watch, WWF, Compassion in World Farming y todos los vecinos que desinteresadamente han colaborado para hacernos sentir como en casa. ¡Mil gracias! 

María Palao