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Cursos de naturopatía

¿Están nuestros niños enfermos o vivimos en una sociedad enferma?

Hoy en día parece que la hiperactividad en los niños sea una “enfermedad” cada vez más frecuente en nuestra sociedad, en todos colegios, casi en todas las clases se habla de algún niño hiperactivo.

Los síntomas sobre la  definición de los niños con trastorno de aprendizaje y déficit de atención suelen ser:

–   El niño se distrae fácilmente, es olvidadizo.
–   Cambian fácilmente de una actividad a otra.
–   Tienen problemas para seguir las instrucciones.
–   Soñar y fantasear.
–   Ser muy inquietos, no pueden estarse quietos.
–   Hablar mucho.
–   Corretear y tocar todo.

En los cursos de naturopatía analizamos los síntomas con los que se está definiendo a los niños hiperactivos, podríamos meter en ese “saco” a la mayoría de niños y de adultos. Pero, ¿cómo no se va a distraer el niño en clase si no le interesa lo que le están contando? ¿Cómo no va a cambiar de actividad constantemente si tiene una mente creativa y curiosa que todo lo quiere saber y conocer? ¿Cómo no le va a costar hacer caso a los profesores si le dicen que se esté quieto en una silla con seis años cuando debería estar corriendo por el campo? ¿Cómo va a estarse quieto si rebosa energía?, ¿Cómo no va a corretear y tocar todo si es un niño?.

Los niños ya no corren por el campo porque vivimos todos en un piso pequeño en una ciudad atestada. Los niños ya no juegan en la calle con amigos porque las calles se han vuelto peligrosas y el tráfico no lo permite. Los niños sólo pueden jugar en casa o en el colegio. En casa cuando los padres llegan están cansados y estresados y los niños molestan con sus carreras, gritos y juegos, pero ellos llevan todo el día esperando ansiosos a sus padres. En el colegio, el profesor o profesora debe lidiar con 30 niños en la clase, y asegurarse de que todos sus alumnos cumplan los mismos objetivos, el alumno que peor se porta, que no le deja dar clase, molesta.

En los cursos de naturopatía nos preguntamos: ¿Están nuestros niños enfermos o vivimos en una sociedad enferma?

Si los niños pudieran correr y jugar al aire libre; si los niños pudieran tener tiempo de calidad con los padres, pudieran compartir juegos, carreras, actividades con unos padres relajados y felices; si los niños dispusieran de un profesor que les estimulara su inmensa curiosidad, que les personalizara sus enseñanzas en función de las inquietudes y de las cualidades del niño, los niños aprenderían más rápido o menos, más idiomas o más ciencias, más artes plásticas o música…